sábado, 3 de mayo de 2014

Factores de éxito con un alumno/a tdah



El éxito educativo (entendido éste tanto desde el punto de vista académico como desde el punto de vista de la realización personal y social) es una combinación de factores en la que deberían intervenir todos los miembros de la comunidad educativa.
Es fundamental que exista una buena coordinación entre padres-escuela-profesionales externos (sanidad, servicios sociales, centros de atención temprana,…)
Las familias, en algunos casos,  no llevan a cabo las indicaciones que desde los centros educativos y los distintos profesionales implicados en los procesos de intervención se les sugieren; bien por desconocimiento (falta de información o coordinación), bien porque niegan que sus hijo/as tengan esa dificultad.
En relación con la coordinación escuela-sanidad, la existencia de un protocolo de derivación-coordinación es necesario tanto para una buena atención psicológica y control de la medicación como para una detección precoz.
Entre los  indicadores o buenas prácticas educativas que van a favorecer el éxito, podemos enumerar:
1.  Ratio de alumnado ajustada y que favorezca una buena atención (ésto  dependerá de la administración educativa).
2.    Establecimiento de medidas de apoyo ordinario y extraordinario (la existencia de agrupamientos flexibles, la entrada en determinadas horas en clase de los distintos maestros especialistas –PT, AL- ).
3.    La labor de información, asesoramiento y ayuda de los departamentos de orientación a los docentes. Es imprescindible, en mi opinión, que  los maestros y profesores conozcan  las características y las medidas comportamentales y metodológicas que requieren estos alumnos. El departamento de orientación, a través de los PT, también puede ayudar a seleccionar qué materiales y qué metodología es más correcta para cada alumno.
4.    La implicación del profesorado llevando a la práctica, y no sólo escribiéndolas en un papel, las adaptaciones curriculares, tanto significativas (si fueran necesarias) como las no significativas. Sería conveniente una modificación de la metodología, incidiendo en la motivación de este tipo de alumnado, a través de prácticas educativas que fomenten el desarrollo de todas las inteligencias para adquirir las competencias básicas.
Algunas estrategias para potenciar el progreso de los alumnos:
  •  Darles las instrucciones por escrito. Las correcciones que se le hagan sean claras y que él las comprenda.
  •  No se deben hacer juicios de valor ni comparar con los compañeros.
  •  Evitar humillarle o contestarle en los mismos términos.
  •  Evitar insistir siempre sobre todo lo que hace mal.
  •  Valorar los aspectos positivos y cualidades del niño frente a él mismo y a los compañeros.
  •  Darle ánimos continuamente, una palmada en el hombro, una sonrisa ante cualquier esfuerzo que presenta, por pequeño que sea.
  •  Encontrar aquello que resulta recompensante.
  •  No demorar las recompensas. Premiar las conductas positivas es imprescindible, haber atendido, levantar la mano en clase, intentar buena letra, o contestar sin equivocarse son conductas a reforzar en el niño hiperactivo, dicho refuerzo puede ser con privilegios de clase ( borrar la pizarra, repartir el material, hacer recados, lo que además le permite moverse que es lo que necesita), o bien dedicarle una atención especial, reconocimiento o halago público: comentarios positivos en alto, o en privado a otro profesor para que lo oiga el niño, notas para casa destacando aspectos positivos, una felicitación de la clase, un trabajo en el corcho, etc.
  • Identificar las situaciones que provocan más ansiedad.
  •  Establecer compromisos de trabajo explícitos con él.
  •  Permitir que el niño elija las actividades (percibir que uno hace lo que ha elegido es una de las fuentes más grandes de motivación).
Respecto a la metodogía y didáctica :
  •  Proporcionarle un ambiente estructurado en el aula.
  •  Dividir las actividades en pequeños pasos, No se le puede exigir todo a la vez, se debe desmenuzar la conducta a modificar en pequeños pasos y reforzar cada uno de ellos: si comienza por acabar las tareas, se le felicita para conseguirlo, luego que lo intente con buena letra y se valorará, más tarde que el contenido sea también correcto. Pedirle todo a la vez, le desmotivará porque no puede realizarlo.
  • Darle encargos una vez que haya realizado el anterior. No dejar que deje las cosas a medio hacer, pero permitirle que haga descansos.
  • Asegurarse que ha entendido las órdenes, que deben ser claras y sencillas. Establecer contacto visual con él.
  • Las tareas deben ser cortas, así no permiten cansarse, ni distraerse.
  •  Mezclar actividades, que sean de alto interés con otras monótonas y novedosas.
  •  Hacer tareas en pequeños grupos: utilizar a compañeros que sirvan de modelo al alumno.
  • Darle oportunidades de éxito, empezar por tareas fáciles y continuar por las más difíciles.
  •  Realización de evaluaciones adaptadas a sus características. Exámenes más cortos, exámenes orales.
Las orientaciones en relación a las dificultades de aprendizaje, en las cuales el papel de los profesionales PT es importantísima para asesorar al docente. Éstas pueden girar en torno a:
  •  Proporcionarles recursos al alumno para poder leer y escribir con la mayor precisión y eficacia: trabajar estrategias de lectura: juegos que faciliten el desarrollo de habilidades metalingüísticas, leer despacio, hacer paso a paso lo que se indica, juegos de lectura y comprensión, comprobar lo leído y hecho, etc.. Trabajar la escritura: copiar muestras caligráficas, estrategias previas de relajación, procedimientos de mejora de ortografía, etc..
  • Ayudándoles en la comprensión de los problemas matemáticos: ayudándoles en la lectura del enunciado, cerciorándonos de que lo ha comprendido, dándole instrucciones para que analicen los datos del problema, estructurándoles los pasos a dar, haciendo gráficos o dibujos que ayuden a la comprensión.
  •  Utilizar las técnicas de estudio.
  •  Utilización de tecnologías tic .
  • Utilización de la agenda diariamente, como una mediada de autocontrol, responsabilidad y fijación de la atención.
  •  Hacer concesiones especiales, darle más tiempo en los exámenes, indicarle cuando se está equivocando por un descuido, o facilitarles un examen oral de vez en cuando para que descanse de la escritura, etc.
Finalmente, se pueden contemplar estrategias para el control de la conducta disruptiva:
  • Intentar siempre que su atención esté focalizada: llamarle continuamente por su nombre, pedirle que repita lo que se diga,  etc.
  • Mantener una tarjeta o un dibujo en el pupitre puede servir como un recordatorio visual de usar el comportamiento escolar correcto, tal como levantar la mano en vez de gritar, o permanecer sentado en vez de vagar por el aula.
  •  Dejarle que se levante cuando lo necesite, salir al pasillo, ir a por tizas, recoger los trabajos.
  •  Pedirle que efectúe tareas intermedias mientras espera para hacer otra actividad, de tal forma que aumente su tolerancia ante situaciones que no son inmediatas.
  •  Eliminar los potenciales elementos distractores: situarle lejos de la ventana o las puertas, lejos de las papeleras, no dejarle poner gran cantidad de material en la mesa, lejos de alumnos conflictivos.
  •  Enseñarle y obligarle a mantener el orden en su mesa.
  •  Poner por escrito en sitio visible las normas a cumplir para todos
  •  Atender al alumno en los momentos en que la clase pueda estar dispersa: intercambio de clase, salidas al recreo, o a casa.
Juegos de palabra, concursos de oratoria, escritura de cuentos, poesías y ensayos, desarrollo de publicaciones, debates verbales, club de lectura, discusiones de temas específicos, escribir diarios,…

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